Diario de Vietnam
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¡Bienvenid@s a Phu Quoc! Mi segunda casa en Vietnam

Al tener familia de Muoi viviendo aquí, solemos visitarla muy a menudo. Y cada vez que vuelvo, descubro algo nuevo. Phu Quoc es una isla que no se acaba nunca.

Sé que a veces no tiene la mejor fama entre ciertos viajeros: algunos se decepcionan porque esperan playas paradisíacas como algunas islas de Tailandia, otros creen que está saturada de turistas rusos... pero sinceramente, nada más lejos de la realidad si sabes cómo moverte y te atreves a salirte de lo típico.

Una de las cosas que más disfruto es coger una moto y perderme sin rumbo fijo. En Phu Quoc significa descubrir caminos de tierra que te llevan a playas donde no hay ni una sombrilla, cruzarte con búfalos de agua, o terminar comiéndote un bol de bún quậy en un local donde no hay ni menú en inglés. Esa es la magia de esta isla.

Encontrarás playas vírgenes donde, si tienes suerte, no verás a nadie durante horas. Otras con pescadores locales, barcas de colores y niños jugando en la orilla. No es una isla artificial para el turista: es Vietnam puro en versión tropical.

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Más allá de las playas, la isla esconde selvas densas, senderos poco explorados y cascadas como la de Suoi Tranh, donde puedes darte un chapuzón si vas en temporada de lluvias. También puedes subir a puntos altos como el monte Chua, desde donde tendrás una vista espectacular del sur de la isla.

Y si te gusta el mar, puedes hacer snorkel o buceo en las islas del archipiélago de An Thoi, con aguas cristalinas y vida marina.

También, una de las experiencias más impresionantes es subirte al teleférico Hon Thom, el más largo del mundo sin paradas y con tecnología de tres cables. El trayecto va sobre el mar, conectando la isla principal con la isla de Hon Thom, y las vistas son realmente alucinantes: islotes verdes en medio del mar turquesa, barcos pesqueros tradicionales, arrecifes... Al llegar, puedes pasar el día en Sun World Hon Thom Nature Park, con playas espectaculares, actividades acuáticas y zonas de relax.

Si algo no puede faltar en tu visita es la comida local. Phu Quoc es famosa por su salsa de pescado (nuoc mam), considerada la mejor de Vietnam. Hay desde pequeños puestos callejeros hasta restaurantes con vistas al mar donde puedes cenar mientras cae el sol.

Podría estar horas escribiendo pero para acabar de convencerte... la costa oeste de la isla es ideal para ver atardeceres de película. Puedes hacerlo desde una playa perdida, con los pies en la arena y un coco en la mano, o desde una terraza romántica con vistas al horizonte. Es uno de los grandes placeres de estar en Phu Quoc.

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